miércoles, 21 de marzo de 2007

Sobre el artista plástico Odilon Redon (Francia, 1840- 1916)

"La personalidad artística de Odilon Redon está muy ligada a sus primeras experiencias vitales. Bertrand-Jean Redon -cuyo apodo de Odilon deriva del nombre de su madre, Odile- nace en Burdeos en 1840. Su familia acababa de regresar de Nueva Orleáns, donde su padre había hecho una pequeña fortuna desbrozando bosques. La mítica imagen paterna de un aventurero libre y decidido contrasta con el carácter ensimismado y soñador del pintor, poco proclive a la acción -"sólo vivía para mí, sintiendo repulsión.. por cualquier esfuerzo físico"-. Este talante iba a fraguarse en su infancia, que transcurre en la campiña francesa; sus problemas de salud aconsejaron que el pequeño Odilon abandonara el hogar familiar de Burdeos para residir, confiado a un viejo y bondadoso tío, en Peyrelebade, en el saludable ambiente del campo..."

¿Quieres saber más de este artista genial? Visita esta página que edita Milko A. García Torres y de la que tomo el fragmento anterior: http://www.imageandart.com/tutoriales/biografias/redon/index.html





























martes, 20 de marzo de 2007

Heart of the Darkness




















Joseph Conrad



—Tened en cuenta —comenzó de nuevo, levantando un brazo desde el codo, la palma de la mano hacia afuera, de modo que con los pies cruzados ante sí parecía un Buda predicando, vestido a la europea y sin la flor de loto en la mano—, tened en cuenta que ninguno de nosotros podría conocer esa experiencia. Lo que a nosotros nos salva es la eficiencia... el culto por la eficiencia. Pero aquellos jóvenes en realidad no tenían demasiado en qué apoyarse. No eran colonizadores; su administración equivalía a una pura opresión y nada más, imagino. Eran conquistadores, y eso lo único que requiere es fuerza bruta, nada de lo que pueda uno vanagloriarse cuando se posee, ya que la fuerza no es sino una casualidad nacida de la debilidad de los otros. Se apoderaban de todo lo que podían. Aquello era verdadero robo con violencia, asesinato con agravantes en gran escala, y los hombres hacían aquello ciegamente, como es natural entre quienes se debaten en la oscuridad. La conquista de la tierra, que por lo general consiste en arrebatársela a quienes tienen una tez de color distinto o narices ligeramente más chatas que las nuestras, no es nada agradable cuando se observa con atención. Lo único que la redime es la idea. Una idea que la respalda: no un pretexto sentimental sino una idea; y una creencia generosa en esa idea, en algo que se puede enarbolar, ante lo que uno puede postrarse y ofrecerse en sacrificio...


sábado, 10 de marzo de 2007

Fragmentos de una edición fanstástica




















Ein Mond ist guter Dinge (Max Ernst)


La pagoda de Babel

—Ese cuento del agujero en el suelo, que baja quién sabe hasta dónde, siempre me ha fascinado. Ahora es una leyenda musulmana; pero no me asombraría que fuera anterior a Mahoma. Trata del sultán Aladino; no el de la lámpara, por supuesto, pero también relacionado con genios o con gigantes. Dicen que ordenó a los gi­gantes que le erigieran una especie de pagoda, que subiera y subiera hasta sobrepasar las estrellas. Algo como la Torre de Babel. Pero los arquitectos de la Torre de Babel eran gente doméstica y modesta, como ratones, comparada con Aladino. Sólo querían una torre que llegara al cielo. Aladino quería una torre que rebasara el cielo, y se elevara encima y siguiera elevándose para siempre. Y Dios la fulminó, y la hundió en la tierra abriendo interminablemente un agujero, hasta que hizo un pozo sin fondo, como era la torre sin techo. Y por esa invertida torre de oscuridad, el alma de! soberbio Sultán se desmorona para siempre.

De The Man Who Knew Too Much (1922), de G. K. Chesterton




El negador de milagros

Chu Fu Tze, negador de milagros, había muerto; lo velaba su yerno. Al amanecer, el ataúd se elevó y quedó suspendido en el aire, a dos cuartas del suelo. El pia­doso yerno se horrorizó. "Oh venerado suegro", suplicó "no destruyas mi fe de que son imposibles los milagros". El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno recuperó la fe.

Citado por Giles en Confucianism and its Rivals, Lecture VIII, 1915.




Definición del fantasma

¿Qué es un fantasma? preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.

Del Ulysses (1921), de James Joyce.









La chambre Turque (Balthus)